Cuando hablamos de la práctica de Wing Chun, hay ciertos aspectos reseñables que son importantes abordar en la perspectiva del aprendizaje, pero antes, debemos repasar algunos elementos básicos para su correcta comprensión.

La mayor parte de nosotros nos sentimos realmente atraídos al inicio del sistema en revelar un sistema o arte marcial, enfocado a personas de distintos rangos de edad, diferente sexos o sin un condicionamiento físico previo adquirido. El Wing Chun basa sus raíces en la mayor eficacia y eficiencia del recurso corporal que disponemos, para utilizarlo en nuestro beneficio en caso de agresión o enfrentamiento. Estas respuestas deberían ser de la mayor brevedad, contundencia y explosividad posibles.

No obstante, ya sea al inicio de la practica o en el desarrollo de la misma, en muchas ocasiones podemos perder el enfoque principal de nuestros esfuerzos, ya sea por la ambición de querer progresar de forma precipitada o en otras, ante la frustración del entrenamiento y sus resultados.

En este punto es fundamental centrar nuestro crecimiento en los mayores y más importantes elementos del sistema: Estructura, energía y posicionamiento. Cuando hablamos de estos factores es importante incidir donde y como generamos dichos recursos para que juntos conformen la respuesta esperada.

Dentro de ellos debemos hacer un especial énfasis en la relajación para proyectar la energía. Estos aspectos que pueden parecer contradictorios en primera instancia, debemos comprenderlos y trabajarlos a conciencia para su correcta progresión, el Wing Chun no debería utilizar la fuerza bruta para generar una respuesta inmediata, la tensión excesiva de nuestros músculos y articulaciones ralentiza la explosividad y reacción natural de la estructura, así como perdida de energía enfocada en el impacto.

Para poder labrar una mayor eficiencia es necesaria una lógica comprensible en nuestros movimientos, ¿como vamos a poder hacer frente a un oponente de mayor envergadura sino tenemos el correcto dominio de nuestra propia estructura?. La clave la encontramos en la línea central (Joan Sien), un aspecto que de por sí, ya necesitaría mucho desarrollo, pero que nos viene a prevenir en que nuestro principal objetivo se basa en desplazar al oponente a una posición de mayor desventaja en beneficio de nuestro objetivo y mantenernos siempre encarados a este.

Otro aspecto fundamental es el correcto uso de la energía y poder proyectarla de forma adecuada. En la progresión de algunos alumnos es muy habitual ver como estos comienzan utilizando los hombros y brazos con tensión excesiva para ejercer el golpeo, pero es importante incidir en la propagación de la energía a través de nuestro cuerpo: pies, rodillas, cadera y codo, estos elementos deben estar correctamente alineados y proyectados como una poderosa corriente eléctrica que tiene su punto de explosión en nuestro puño.

Cuando hablamos de conceptos como “Simplicidad”, “Direccionalidad” o “Eficiencia”, podemos darnos cuenta de la mayor de las complicaciones o carencias en nuestra practica, especialmente en el desarrollo del Chi Sao (o manos pegajosas), como Sifu Gary Lam reza: “Chi Sao es el espíritu del alma del Wing Chun”, por lo que es fundamental tener adquirida cierta compresión y mecanismos del estilo para su correcto disfrute y aprendizaje.

Articulo de Emilio Pérez.
Instructor para Almería capital de la Asociación de Wing Chun Wong Shun Leung España (AWW).
Sede Asociación Cultural de Wing Chun y Kung Fu Tradicional de Almería. (C/ Ramos, 7 – Almeria capital)