En el mundo de las artes marciales, las comparaciones entre estilos o linajes son tan antiguas como inevitables. Recientemente, ha circulado una afirmación que no deja de sorprender: que el sistema de Wing Chun transmitido por el Gran Maestro Yip Man es “reducido y mal estructurado”, mientras que el “auténtico” arte sería el Weng Chun.

Este tipo de declaraciones, además de carecer de rigor histórico y técnico, revelan una tendencia recurrente: la necesidad de algunos por enaltecer su sistema a costa de desprestigiar a los demás.

¿Un sistema reducido?

Es cierto que el Ving Tsun de Yip Man se caracteriza por su concisión. Las formas principales —Siu Nim Tao, Chum Kiu y Biu Jee— junto con el trabajo en Chi Sau, el Muk Yan Jong y las armas tradicionales, configuran un sistema directo, sin adornos ni movimientos innecesarios. Pero esto no implica falta de profundidad. Al contrario: esa simplicidad es el resultado de un proceso de depuración y eficiencia, donde cada gesto tiene un propósito y cada fase del entrenamiento desarrolla aspectos específicos del cuerpo, la mente y la estrategia combativa.

Reducido no significa incompleto. Significa enfocado. Significa que no se enseña más de lo necesario, sino lo necesario bien.

¿Mal estructurado?

Decir que el sistema está mal estructurado es, francamente, una opinión que solo puede surgir de quien no lo ha estudiado con la suficiente profundidad. El Wing Chun de Yip Man tiene un orden lógico y progresivo, tanto en lo técnico como en lo táctico. Desde la comprensión de la línea central y la relajación corporal en Siu Nim Tao, hasta el control del centro y la movilidad en Chum Kiu, o el uso de la energía de emergencia y recuperación en Biu Jee. Cada fase construye sobre la anterior, y cada parte refuerza el todo.

La estructura está ahí. Que no todos lleguen a entenderla es otro asunto.

¿Y qué hay del “auténtico”?

Me parece muy correcto que cada uno venda su estilo y su moto. El mundo de las artes marciales es amplio y diverso, y hay belleza en esa pluralidad. Pero cuando para destacar necesitas restar valor a figuras como Yip Man o menospreciar el camino que tantos practicantes han recorrido con dedicación… entonces ya no suena a arte marcial serio. Suena más bien a crecepelo del Oeste.

Porque el auténtico arte no necesita desprestigiar a nadie. Se demuestra entrenando. En el cuerpo. En el tiempo. Y en la actitud.

Rendiendo tributo al GM Yip Man por parte de la escuela Wing Chun Kung Fu Almería. Fanling (Hong Kong) Junio 2025